Por Joaquín Ramos, profesor del IEEM
“Si quieres conocerte, actúa. Al actuar es cuando verdaderamente nos medimos con los demás”. Johann Wolfgang von Goethe escribió esta frase a fines del siglo XVIII. La cita del dramaturgo alemán encierra una verdad que invita a reflexionar individualmente y a debatir en grupo.
A modo de reflexión, pienso que el primer paso es preguntarnos si de verdad queremos conocernos. Pero preguntarnos de verdad. Lo que he visto, en años de acompañar profesionales, es que nos cuesta mucho el diálogo interno. Nos incomodan las preguntas que nos interpelan.
Converso mucho (muchísimo) con participantes y antiguos alumnos del IEEM y he notado que existen carencias de reflexión individual. Que somos buenos detectando síntomas, pero nos cuesta (nos duele) profundizar para encontrar las causas.
Si de verdad queremos conocernos, debemos actuar, como sugiere Goethe. Y la palabra actuar implica acción, manos a la obra: involucra exponernos. Todos somos grandes consultores y tenemos una inmensa capacidad de desmenuzar y entender los problemas de los demás, de la sociedad y del mundo. Y por lo general nos sentimos seguros a la hora de dar un consejo o plantear una solución. Pero eso no es actuar. Eso significa opinar desde la seguridad del banco de suplentes o de la tribuna.
El problema con actuar, con involucrarse, con exponerse, es que generamos consecuencias. Y las consecuencias pueden tener costo para nosotros o para terceros. Por eso es tan difícil.
En el IEEM creemos que lo importante en la vida no se puede enseñar, pero sí se puede aprender, porque lo importante se aprende a través de la experiencia, aquello que nos toca vivir y que, casi sin darnos cuenta, nos va transformando día a día. Por eso, todo lo que hacemos en el aula implica replicar, lo máximo posible, la vida real. De ahí nuestra sana obsesión con el Método del Caso.
Si querés conocerte, estás dispuesto a actuar, pero la prudencia te lleva a pensar en las consecuencias de hacerlo mal, te invitamos a vivir la experiencia de ser MBA por un día (una tarde, en realidad).
A través de un caso, vas a “obligarte” a estar en los zapatos de una persona que enfrenta un problema real. Y tendrás que descubrir la mejor manera de solucionarlo. Luego, deberás exponer tus ideas y estar dispuesto a convencer al resto, o mostrar la humildad de reconocer un mejor argumento y dejarte convencer. Como expresó Goethe: “Al actuar es cuando verdaderamente nos medimos con los demás”.
Pero todo empieza por lo primero… ¿Querés conocerte un poco más y descubrir cómo reaccionarías frente a un dilema? ¿Creés que tenés la capacidad para formular tus argumentos con claridad, la confianza para convencer a otros o el aplomo para no dejarte confundir?
Te invitamos a una tarde para ser MBA, una tarde para conocerte un poco más.
