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Ayer Metaverso, hoy ChatGPT, ¿y mañana?


Publicado el : 07 de Julio de 2023

En : General

Por Joaquín Ramos, profesor de Dirección Comercial y Negociación del IEEM

El sábado 1° de julio volvimos a reunir a unos 350 Antiguos Alumnos en el IEEM, para la segunda edición del MetaServe, el evento que funciona como un “service” en el que refrescamos el Método del Caso y esas ganas de seguir haciendo más y mejor, siempre con espíritu de servicio.

Y el tema que nos convocó fue la inteligencia artificial. El caso que redactamos para la ocasión planteaba una serie de dilemas que forzaban a cada uno a hacerse las preguntas correctas en torno a este fenómeno tan vertiginoso.

Y es curioso, porque la inteligencia artificial existe hace tiempo. No podríamos imaginar un sitio de e-commerce o una plataforma de streaming como Netflix sin un algoritmo que aprenda de nuestras elecciones y nos recomiende productos o series. Está tan incorporado en lo que hacemos que lo tomamos como natural. Entonces, ¿por qué tanto revuelo con ChatGPT específicamente?

Hablamos de inteligencia artificial generativa. Y ahí está la diferencia. El algortimo no es Google que trae la respuesta que más se ajusta a nuestra búsqueda, ahora el robot crea, genera, construye una respuesta nueva, original, única, para nuestra pregunta. ChatGPT lo hace con texto, a partir de una interfaz de diálogo, en el que incorpora el contexto de lo que “conversamos”; pero hay otras herramientas que crean imágenes, videos y hasta código para programar juegos y aplicaciones.

¿Qué supone esto? En primer lugar, nos ayuda a ser más productivos. ChatGPT puede armar un borrador de correo, una invitación para un evento o sacar ideas clave de un texto extenso. También puede crear una historia a partir de una serie de requisitos (logs). Imaginen lo que significa esto para salir de esa maldita página en blanco, cuando sentimos que la creatividad se ha extinguido. El diseño ya no es un lujo de unos iluminados, estas herramientas nos permiten ponerle forma a nuestra imaginación, incluso si nunca pasamos del Paint. Por supuesto que a veces se equivoca o “inventa” cosas, que la base de datos va hasta el 2021 y que hay un dilema legal y moral alrededor, pero hoy, el potencial es inmenso.

Y en torno a ChatGPT, el sábado discutimos sobre lo siguiente: ¿esto me puede afectar a nivel profesional?, es decir, ¿supone una amenaza a mi trabajo? La industria en la que compito, ¿puede sufrir cambios a manos de la IA?, ¿en qué medida?, ¿mi empresa está preparada para integrarla? Si tengo el presupuesto, ¿tengo a las personas adecuadas?, ¿las puedo reeducar?

Un buen jefe evita meterse en la discrecionalidad de sus colaboradores, aunque eso a veces pueda generar ciertas ineficiencias. Sin embargo, hay tres momentos en los que toca entrar. Primero, cuando sucede algo extraordinario, algo para lo que el resto no fue instruido. Segundo, cuando hay un shock externo que genera un cambio en el entorno. Acá no alcanza con entrar y resolver, también toca legislar, dictar cuál es el procedimiento a seguir mientras el entorno no se altere. Las reglas que aparecieron con el COVID-19 es un buen ejemplo. El tercer momento es cuando alguien juega sistemáticamente con el espíritu de las normas. En la vida de la empresa no alcanza con cumplir el reglamento, se debe respetar su espíritu, pues actuamos por convicción moral.

Si el ChatGPT nos sorprendió, es un síntoma de que estamos trabajando mal. Desde noviembre que esto es noticia y en marzo se volvió masivo… ¿Un colaborador o un hijo tuvieron que hacerme ver que este fenómeno llegó para quedarse? Esto supone un cambio en el entorno, toca legislar. Desde prohibir a implementar, lo que se decida, pero se debe analizar el asunto y comunicar el camino a seguir. Muchos estarán mirando y esperando.

Hoy es ChatGPT, ayer fue el Metaverso…, ¿y mañana qué será?

Y este es el gran punto sobre el que debatimos: ¿puedo darme el lujo de correrla de atrás siempre?, ¿qué dice eso sobre mí? ¿Qué tengo que cambiar hoy para que el próximo shock no me sorprenda, o al menos no me sorprenda tanto?

Cuando hablamos de lifelong learning, hablamos de eso mismo: si debés ser “idóneo” en lo tuyo, demostrar capacidad técnica, cuidado con este tipo de cambios. Quizá te quedaste atrás, o quizá cambió tanto el entorno que esto te supera y dejaste de ser valioso para tu equipo y tu empresa.

Más vale que tengamos incorporado un hábito para no quedarnos atrás en lo que más puede afectarnos. Primero, por un tema de supervivencia, segundo, para generar confianza con las personas que dependen de nosotros.

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