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Directivos de la salud: ¿gestores o bomberos? | #LifelongLearning


Publicado el : 16 de Diciembre de 2022

En : General

Por Andrea Giménez, profesora y directora del Máster en Dirección de Empresas de Salud del IEEM

Tomar decisiones en las empresas de salud no es sencillo. Permanentemente nos encontramos apagando incendios. ¿Qué somos, bomberos o gestores?

Los problemas diarios que enfrentamos son variados, la lista es larga. Muchos están relacionados con la identificación del verdadero problema que aqueja una situación, ya que se suele identificar el evento que se generó y no su causa. Esto lleva a pérdida de tiempo, recursos, calidad de atención y, por ende, a malos resultados.

Identificar las soluciones alternativas para cada problema y su priorización permitirá ser efectivos y eficientes con los recursos. No conocer los resultados de las acciones sanitarias que se realizan, por no contar con indicadores en poblaciones clave de nuestras instituciones, o, no realizar una gestión adecuada de los datos (que existen pero que no se analizan) abre la posibilidad a errores en la toma de decisión. ¿Cómo determinar la eficiencia entre dos alternativas dentro de una institución, si no se conoce su efectividad? O qué costos generan, o qué impacto tienen en la salud. La historia clínica electrónica es una gran herramienta, pero, si no se completa adecuadamente, los datos que ofrece pueden no ser de calidad.

En cuanto a los recursos humanos, no es lo mismo si están en el ámbito privado o público, a lo que suma la variabilidad relacionada a su expertise, capacitación, habilidades, intereses, formas de comunicación y comprensión de la realidad que los rodea, todo lo que determina diferente gestión de los recursos y de los propios pacientes.

De acuerdo con datos del MSP, existen unos 15 000 cargos (si calculamos solo médicos. licenciados de enfermería y auxiliares de enfermería) por cada 10 000 pacientes a nivel nacional, distribuidos en 234 instituciones públicas y privadas, responsables de cubrir la salud de más de 3.5 millones de almas y en los que gastamos un 10 % del PBI.

La carencia o poco control del uso de protocolos o procedimientos genera incertidumbre en cuanto a los resultados sanitarios esperados y al uso y manejo de los recursos necesarios para alcanzarlos. En 2014 la OMS planteaba, en su asamblea 67, que existía un 40 % de despilfarro económico, o sea, de uso ineficiente de estos recursos a nivel sanitario. En nuestro país no está contabilizado.

Nuestros usuarios varían en cuanto a comportamiento, patologías, riesgos, necesidades, nivel socioeconómico, fidelización, entre otras variables, a lo que se suma la multiplicidad de intervenciones en prevención, diagnóstico, tratamiento o rehabilitación que hoy existen y que vienen en aumento. Esta variación se da dentro de las instituciones y entre ellas.

La comunicación, una de las principales herramientas de gestión, es un problema diario, tanto dentro de las instituciones como hacia afuera. Gestionar la comunicación en situaciones de crisis es un enorme desafío.

Todos estos problemas afectan a los tomadores de decisión de cada institución. La variación en sus formaciones académicas, visiones, formas de comunicación, empoderamiento en su rol y el nivel de proactividad influyen en la gestión de la empresa, así como de la propia cultura institucional.

Estos son solo algunos de los problemas instrainstitucionales a los que un directivo se enfrenta. Hay que sumar la aparición de nuevas tecnologías, ya sea de prevención (vacunas, tratamientos genéticos), diagnósticas (inteligencia artificial), terapéuticas (órganos 3D, medicamentos biológicos) o de rehabilitación (robotización); cambios en la normativa país, en las metas prestacionales; la competencia existente entre instituciones público-privadas, público-públicas o privado-privadas y, finalmente, la globalización.

Resolver estos problemas requiere de un análisis que permita prever el impacto de cada propuesta de solución planteada.

En nuestro país existen 358 personas con título en gestión en salud, lo que representa cinco de cada 1000 títulos expedidos por el MSP. Si lo relacionamos con el número de instituciones sanitarias, habría tres gestores de salud cada dos instituciones. Seguramente exista un subregistro, pero queda clara la necesidad de profesionalizar la gestión de las empresas sanitarias.

Adquirir las habilidades directivas y entender el manejo de las herramientas necesarias para tomar decisiones son determinantes para la efectividad del directivo y el éxito organizacional.

Sabemos que una misma solución para igual problema en empresas diferentes no tendrá necesariamente el mismo resultado, incluso tampoco en la misma empresa en dos momentos distintos. La incertidumbre es una característica que une a la medicina con la gestión, sin embargo, es nuestra responsabilidad reducirla al máximo para obtener los mejores resultados en ambos campos.

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