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Open mind, en su justa medida | #LifelongLearning


Publicado el : 10 de Febrero de 2023

En : General

Por Joaquín Ramos, profesor del IEEM

Cualquier persona que lidere debe contar con firmeza de criterio y apertura de mente.

Firmeza de criterio es la capacidad de no dejar sorprenderse por cualquier novedad. De emitir juicios de valor equilibrados. Requiere poder distinguir entre lo que es importante y lo que es banal, entre lo que interesa a mis propósitos y lo que es ajeno a ellos.

La apertura de mente es una sana disposición a aprender. Tener mente abierta significa disposición de cambiar nuestras ideas, de darles otro matiz, de enriquecerlas. Capacidad de observar con curiosidad, a nuestro alrededor, la actuación y el pensamiento de otros. Analizar por qué te va bien, a pesar de la zona de confort que supone el éxito, tener la curiosidad por ver a quién le va mejor a pesar de que todo esté bien, prever, incluso, cómo alguien podría sacarte del mercado a pesar de que ahora está todo bien…

El equilibrio curiosidad-firmeza es el que permite convertir la experiencia en aprendizaje. Esa capacidad de aprender (¡y desaprender!) es la clave de nuestra supervivencia profesional, máxime en el contexto de incertidumbre y velocidad en el que vivimos.

Sin embargo, la clave, como todas las virtudes, radica en tener firmeza de criterio y apertura de mente en su justa medida. Ser extremadamente firme en los criterios nos convierte en una persona de mente cerrada, ferviente defensor de lo que conoce y ha probado, ajeno a la posibilidad de evaluar nuevos caminos. Y alguien muy abierto de mente tiende a seguir la corriente sin filtro, impresionado por todo aquello que, por el simple hecho de parecer novedoso, debe ser mejor que lo pasado.

Este último punto quizá hoy sea más peligroso aún. En un contexto en el que la transformación digital (e-commerce, bitcoin, metaverso, IA con el boom del ChatGPT) y las políticas ESG se presentan como el “no va más” del management, por nombrar apenas dos fenómenos populares. Debemos tener mucha prudencia antes de aventurarnos a desarrollar proyectos y procesos que puedan, sin querer, afectar nuestra base de negocio.

Lo nuevo, lo que se presenta como moda y que suena muy lindo en las redes sociales y eventos, siempre será tentador, pues en el management la moda tira más que en la ropa y el calzado. Sin embargo, debemos tener cuidado con estas aventuras, porque en el fondo, más allá de una temporada de encierro por el COVID-19, lo que le interesa y preocupa a las personas (clientes, proveedores, colaboradores, etc.) no ha cambiado demasiado en los últimos tiempos.

Bill Bernbach, el legendario publicista estadounidense, expresó: “Se necesitaron millones de años para que se desarrollaran los instintos del hombre. Se necesitarán millones más para que varíen. Está de moda hablar de cambiar al hombre. Más vale preocuparse por el hombre inmutable, con su obsesivo impulso por sobrevivir, ser admirado, tener éxito, amar, cuidar de sí mismo”.

Unos cuantos años más tarde, Jeff Bezos complementó este pensamiento de Bernbach, cuando contó la siguiente anécdota: “Con frecuencia recibo la pregunta: ¿qué va a cambiar en los próximos 10 años? Y encuentro que es una pregunta muy interesante; y muy común. Casi nunca me formulan la pregunta: ¿qué no va a cambiar en los próximos 10 años? Y les aseguro que la segunda pregunta es en realidad la más importante de las dos, porque más vale construir una estrategia comercial sobre lo que es estable”.

Firmeza de criterio y apertura de mente son dos cualidades necesarias para ejercer el liderazgo. El exceso de una u otra puede llevarnos a tomar decisiones equivocadas, que, entre otras consecuencias no deseadas, afecten los resultados que se espera que alcancemos y le compliquemos la vida a las personas que dependen de nosotros. Y, en un contexto de incertidumbre y altísima velocidad de cambio, donde muchos gurúes se pelean por predecir el futuro, más que nunca, debemos cuestionar con prudencia aquellas novedades que parece que llegan para cambiarnos y, más aún, salvarnos. Cuidado con estos gurúes predictores, porque predecir… es gratis.

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