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Pablo Regent y Joaquín Ramos en El Espectador


Publicado el : 21 de Julio de 2022

En : Prensa

Entrevista a Pablo Regent y Joaquín Ramos 

El Espectador, Paren todo. Viernes 15 de julio 2022. 

 

Valentín Rodríguez: ¿De qué se trata el encuentro?

Pablo Regent: Fue una actividad, dentro de lo normal, extraordinaria. Es decir, siempre cultivamos mucho la relación con nuestros 4.000 antiguos alumnos de 30 años de programas largos, si vamos a los programas más cortos debemos rondar en los 12.000-13.000, pero nosotros solo consideramos los programas largos que permiten ser parte de una comunidad.

Se nos ocurrió que hay un tema, la gente que está en el mundo de la empresa quizás lo mira de costado todo esto del Metaverso, hasta se mira un poco con cierta sorna, y dijimos “¿Por qué no juntamos a todos los antiguos? La forma de que se metan estos temas para entender de qué va, no es dándoles una conferencia, sino que repliquen un sábado de mañana, tal como era cuando estaban en los programas” Es decir, la secuencia, el estudio del caso, un caso especial para ellos, se hizo reuniones de equipo para trabajar las clases y las discusiones, pasarla bien también, tomar algo. Cerramos la calle Lord Ponsonby, fue muy divertido.

VR: Me imagino también, 30 años resumidos en esa charla, en ese debate, encontrarse con mucha gente que tal vez no veías hace mil años.

Joaquín Ramos: Justamente, el comentario en general fue: como gente que capaz con 81 años en el aula, y otra con 28, con experiencias e industrias totalmente distintas, repetían “hablamos el mismo lenguaje”. Más allá de estar totalmente a favor o totalmente en contra de meterse o no en esto del Metaverso, lo que todo el mundo señaló fue que “es impresionante lo que discutíamos de igual a igual

VR: Mas allá de diferentes circunstancias que pudo haber tenido cada uno en estos 30 años, después es lo natural.

PR: El IEEM tiene una tradición desde el año 1998, los profesores de tiempo completo almorzamos todos los viernes y no está muy bien visto no estar en el almuerzo, es algo que une.

Alguien decía que le parecía increíble que gente joven de 33,34 que hizo el programa hace 2 años, estuviese fascinada porque estaba con gente que había hecho el programa en el 1994,1995, dejando de lado el prejuicio inicial de “con quién me tocó en este equipo” y “este veterano era más abierto que yo, y yo dudaba si había que hacer un experimento en esto del Metaverso y el veterano decía hay que meterle a esto”, incluso uno dijo: “hay que echar a todos los que digan que no”. Entonces, esto es muy bueno, porque es la marca de la casa, de que uno tiene orígenes distintos, carreras distintas, formaciones distintas, pero lo que tiene es un hábito directivo que es lo único que hacemos en el IEEM. El IEEM es como un gimnasio que hacemos fierro, una vez que hiciste mucho fierro y tenés el swing, el swing sale.

VR: Me imagino muchos también con diferentes realidades, la función pública, en lo privado, en el exterior.

JR: Si. No solamente en sus funciones, sino profesiones, tenemos desde Ingeniero Químico, a una Maestra, Licenciado en Comunicación, Veterinario, Contador, la verdad que la diversidad de carreras que visitan cada año en el IEEM es muy grande, y eso justamente es lo que la gente viene a buscar: conocer lo que opina, lo que piensa, lo que ha vivido gente totalmente distinta a lo que yo hago.

Como a través de una experiencia totalmente diferente, el proceso de aprendizaje es único para cada uno.

VR: ¿Que vieron cómo inusual?

PR: La comunidad de antiguos está continuamente interactuando con nosotros, tenemos 45-50 actividades de antiguos al año, que son de 30-25 alumnos. Te diría que lo inusual fue que había un ambiente de fiesta, porque era un sábado de vacaciones de julio que tuvo tormenta toda la noche, llegamos algunos 7:45- 7:50 a ayudar, y ya había gente que había venido. Había un ambiente de felicidad, pero lo importante para aprender es que no hay nada que hacer, nunca podés pensar que en este mundo la ilusión de la organización es saber todo lo que hay que saber.

Nosotros veníamos estudiando cómo estos temas del meta verso “pueden pegar en las empresas”, entonces nos pusimos a escribir un caso, y lo estábamos debutando. A priori, al principio, algunos no estaban convencidos.

Luego, en el almuerzo, mucha gente diciendo “me abrió la cabeza, porque yo vendo zapatos y pensé ´que tengo que ver con el Metaverso´, y me estoy dando cuenta que, igual algo que pasa en este nuevo mundo me termina afectando mi negocio cuando yo estaba totalmente descansando” Te diría que ese fue el común denominador, volver a decir cuan humilde hay que ser, de que la sorpresa te puede venir por cualquier lado. Esto quizás fue el común denominador.

VR: Claro, descubrir formas y caminos que por ahí pueden ayudar en lo que haces.

JR: Sobretodo, salir del prejuicio porque uno piensa en el Metaverso como algo que es para niños colgados con los jueguitos y cuando te diste cuenta te llevó puesto. La gente pensaba que la educación y el trabajo remoto era una locura hasta que, en 2020, no quedó otra que trabajar desde la casa y hoy en día todas las empresas están replanteándose el valor del metro cuadrado y la flexibilidad que le doy a mis empleados. Con la educación evidentemente el proceso fue bastante similar.

¿Nosotros vamos al Metaverso 100%? La respuesta es no, pero más vale que empecemos a investigar rápido porque esto se viene y más vale que nos anticipemos.

 

VR: Muchos que volvieron a su casa, otros que ya estaban. De todos los que participaron, me decías que había una red de contención.

PR: Hubo algunos que fueron como una vuelta a su casa. También, de repente había alguno que te decía “che, hacía 8 o 10 años que no venía”, pero te diría que lo normal era gente que los últimos tres años algo habían venido. También hay una cosa que hay que entender, si bien todos son antiguos alumnos (había unos 300) muchos de ellos no se conocían con los demás porque hicieron programas en distintos años, pero tal como decía Joaquín: lo que se valoró fue que, rápidamente, como tenemos cosas en común, los equipos se integraron.

Un ejemplo de esto que decía Joaquín, es que hay una empresa de comidas que tuvo una idea genial el año pasado: agarró a un equipo de la cuarta división inglesa de fútbol y le puso el logo en el pecho. Pagó dos pesos obviamente. Este equipo se usa en los juegos de FIFA y logró con cierta habilidad, que este equipo pasara a ser de los primeros.

Con dos pesos la marca volaba. Pero pensá en la agencia de publicidad de la marca de comidas rápida competidora: ¿no habrá recibido un llamado de “escúchame una cosa, porque no se te ocurrió a vos hacer esto”? Capaz que perdió la cuenta y por eso el gerente lo echa. Entonces el punto es: no quiere decir que haya que meterse en el Metaverso, sino que, no te tenés que meter porque, entendés que no te conviene meterte, pero no por ignorante.  Esta es la lógica del IEEM: pensá como quieras, pero entendé por qué pensás como pensás. Este es el común denominador, después hay gente muy diversa que piensa cosas distintas. Pero lo que decimos es: asegúrate que pensás porque vos querés pensar así, no porque sos un seguidor.

VR: Ese es el perfil de los que pasan por el curso, cómo lo podrían definir. Tenemos las dos experiencias pero que nos cuenten un poco.

JR: Yo me sumo al IEEM en 2011 como participante y a partir del 2013 empecé a trabajar ahí, lo que he visto como director del programa y como profesor hace unos cuantos años es que la gente que va el IEEM, es gente que quiere progresar, que quiere trabajar bien.

Lo que los une, más allá de la profesión que hayan estudiado, es una vocación y un espíritu de servicio, de no agotarse en lo que es mi trabajo diario. Si no, de ir un poquito más, pensar de qué manera puedo ayudar a la gente que me rodea, que dependen de mi estén un poco más felices y mejor desarrolladas. Si tuviera que elegir un común denominador es ese.

PR: Agrego, capaz que hay unos cuantos que no llegan buscando eso, porque llegan buscando ascender. Pero de alguna forma media “mágica” termina pasando esto que dice Joaquin. Obviamente, prepararse para ascender, para ser mejor, pero la lógica de cómo está armado todo; desde la señora que limpia los baños, de cómo cuida, te provocan cosas que son más que simplemente la clase.

Es que, si fuera por hacer solo lo que se da en la clase, yo estoy desde el año 92, di la primera clase del IEEM el 4 de mayo de 1992 a las 15:45hs. Soy ya una reliquia, la tuve que dar porque el que venía de Argentina a darla perdió el bus. Pero para mí es un orgullo.

Date cuenta que el sábado vino todo el mundo, hasta la señora de limpieza que no tenían por qué venir, y la gente no se iba. Una señora que limpia, de repente apreció con su familia porque era el cumpleaños de otra y como ella quería estar ahí le dijo a la familia que viniera y compartieron ahí comiendo algo.

VR: Una jornada de celebración genérica, más allá de todo romper prejuicios.  

PR: Hay mucha gente que se frena en ir al IEEM a estudiar porque dicen “noo el IEEM” es cierto, somos exigentes y se podría decir somos “caros”, que habría que ver eso. Es cierto sí, tenemos nuestro consejo asesor con Harvard y el IESE, obviamente. Pero la realidad es que cuando tú vas al IEEM, a la gente le llama la atención porque el perfil del IEEM son laburantes, vos capaz que te imaginas wow pero son laburantes. Fíjate que hoy hablábamos, tenemos dos casos: una chica que con su marido decidió jugársela con todos sus ahorros porque “apostamos con esto salir adelante” y un chico que habló con su mujer y vendió el auto. Esa gente es laburante. Dicen: “yo quiero venir acá hacer algo más” y eso es lo que nos motiva a nosotros.

VR: Recién decías lo de IESE y Harvard que apadrinan.

PR: La realidad, para decir las palabras exactas, de alguna forma se podría decir que somos el IESE, ellos apadrinan gente que empiezan escuelas en diferentes partes del mundo y llega un momento que te dice que sus programas son equivalentes. El momento nuestro ahora es que ya tenemos un programa, el programa de presidentes, el AMP que lo hacemos juntos con su campus en Sao Pablo y el titulo lo da el IESE, pero estas cosas tardan 30 años en este caso.

Pero desde el primer momento en el año 1992 se armó un comité que es de asesoramiento permanente con profesores del IESE y profesores de Harvard. Yo era un niño por así decirlo, un profesor que tenía todo para perder. Éramos un sueño y un profesor de Harvard Scott Maison, venía y nos apoyaba. Tenemos toda la flexibilidad del mundo, pero tenés que cumplir y mantener una calidad. Nadie quiere perder eso que se logró antes, entonces, para las nuevas generaciones que vienen, como la de Joaquin, yo sé lo que dejo cuando me este por ir, pero el querrá dejar algo más. Porque, lamentablemente o afortunadamente, es un poquito duro ser profesor del IEEM. Hay una rotación, es decir, gente que se tiene que ir y bárbaro, porque van a otros lugares aprendiendo de nosotros porque es muy exigente. Tenemos unos sistemas de puntaje que cada tres años si no logras estos puntajes tenés que rotar. Obviamente no podemos exigirnos a nosotros menos de lo que le exigimos a nuestros participantes.

VR: ¿Por qué pensás que trasciende (porque ya son 30 años) cuando se juntan una cantidad de gente de diferentes generaciones hablan el mismo idioma?

JR: Una anécdota, mucha gente nos dice que en el IEEM sucede una especie de síndrome de Estocolmo, es como que secuestramos a la gente 1 año y medio o dos años y la gente se termina enamorando de su captor y siempre quieren volver, si tendría que simplificarlo sería eso.

Como dijo Pablo la historia de las personas del que vendió el auto o el de los ahorros, somos muy conscientes de eso. Cada clase, cada detalle, cada corrección, a todo lo que hacemos le ponemos muchísimo cariño y eso se ve. Si vos, sistemáticamente, trabajás bien del otro lado se ve, y lamentablemente, en nuestra sociedad no es el común. Entonces cuando uno entra al IEEM y ve eso dice “bo, esto no parece Uruguay” eso la verdad que pega y genera mucha fuerza.

PR: Nosotros estuvimos hace unos años, justo yo era decano viendo qué hacíamos con el lugar físico porque la casa es histórica. Tuvimos varias opciones y había una oportunidad de tomar la casa de al lado y, aunque desde el punto de vista funcional, quizás no era la mejor y no haber hecho como la facultad de ingeniería de la Universidad de Montevideo que armaron todo un edificio nuevo, lo que entendimos es que en una escuela de negocios, en una escuela de gobierno, lo que nosotros vendemos es que vengan a su casa. Entonces, en la casa nueva vos entras y está la estufa siempre prendida, la gente entra y ve los sillones, el fuego, se sienta, entonces creo que hicimos bien, apostamos a una casa. En nuestras invitaciones cuando invitamos “che, vení, que tenemos una actividad de antiguos, te esperamos en nuestra casa” y por algún motivo, por síndrome de Estocolmo o lo que sea, muchísima gente considera al IEEM su casa. 

VR: ¿Bueno y de ahora en más, más allá de los antiguos y demás, van a esperar 30 años más no?

PR: Bueno yo, si con 30 años más sigo estando en el IEEM quiere decir que el IEEM está muy mal. Pero si, el IEEM tiene una misión y mientras no se acabe la misión sería razonable que esté. Hay una realidad, alguien viene hacer un programa con nosotros, por ejemplo, tu venís hacer el máster y si venís 5 años después por algún motivo nunca es igual porque cada año va mutando un poquito, porque la realidad de la dirección de organizaciones exige mutar, entonces la idea será seguir cambiando todo para que lo fundamental no cambie.

Lo fundamental es influir en la sociedad uruguaya a través de los antiguos, nosotros siempre decimos “el IEEM son sus antiguos” uno dice bueno que lindo. Pero es que son los antiguos porque nosotros tenemos definido el negocio así, nosotros podemos atraer mucha gente como a ti te sorprendió 4000, pero es muy poco, entonces nosotros influimos en esos 4000, pero esos 4000 dirigen o gestionan y esos 4000 se llevan una forma de trabajo que a su vez influyen ¿en quién? En otros. Por eso nosotros somos nuestros antiguos. Nosotros actuamos a través de ellos, queremos que se trabaje de una forma más seria, más responsable y en eso queremos aportar. Porque la realidad es esa: fue la despedida del otro día. Lo que haga cada antiguo de los que tenemos allí, un poquito mejor o un poquito peor influye en él, pero influye en mucha gente que depende de él.

A veces parece que un médico cambia el mundo, que un científico cambia el mundo, ¿Cuánto cambia más un gerente que logra hacer algo más sólido en una organización y generar un trabajo más digno que genera más confianza en la persona que después va a ser un padre que va a educar con más confianza? Es impresionante, es realmente una revolución.

Entonces la cuestión nuestra es que estamos convencidos de que hacemos eso. Alguien puede decir estos tomaron mucho, bueno puede ser que si o que no, pero como estamos convencidos seguiremos cambiando, lo único seguro es que el IEEM va a seguir cambiando para que si misión no cambie.

VR: Es la forma de mantener la esencia porque hoy por hoy, tenemos un mercado súper competitivo, imagino que ustedes también lo deben de tener, pero ¿cómo haces para mantenerte, seguir siendo competitivo y no perder la esencia?

PR: Lo hacemos suficientemente bien pero siempre un poco mal. Esta es la clave, como cualquiera que dirige. ¿Qué tenemos que hacer? Tenemos que hacer cambios que son los que te permiten ser competitivos, pero cuidando de que el servicio a las personas no sufra experimentos. Esa es la clase, porque si tu venís con nosotros a cursar, tu tenés derecho a que cada hora de clase que yo te de valga el sacrificio que tú haces, que no solo es de plata: de no estar en el trabajo, de no estar con la familia, entonces es un combo, intentamos, cambiemos para ser competitivos por un lado, para pagar nuestros sueldos, vivimos de esto, pero pongámosle todo el esfuerzo para que no sean como conejillos de indias. Esto hace que a veces seamos antipáticos porque necesariamente hay gente que la tenemos que invitar a que no puede seguir.

Yo fui el decano mucho tiempo, lo quiero mucho a Joaquin y ahora es mi jefe asique lo que él diga está muy bien. Pero yo no me debía a Joaquín por más que era mi colega, yo me debía a mis alumnos y si Joaquin no hacía lo que tenía que hacer, es primero los alumnos y después Joaquín. Capaz que cuesta entender un poco eso, pero este es el espíritu del IEEM para quien trabaja, todo el personal está para servirlos.

Entonces, cuánto tiempo estaré y lo digo enserio, en este negocio del Método del Caso enserio, no es como la educación tradicional que cuanto más viejo mejor. Los profesores que nos volvemos mayores no siempre cada día somos mejores, sino que perdemos a veces habilidad para discutir el Método del Caso porque tenés que tener la cabeza muy abierta. Entonces capaz en un par de años me invitan a que baje la cantidad de clases, puede ser, esperemos que no.

JR: Algo muy importante es que siempre va haber un guardián, un custodio que son nuestros antiguos alumnos. Hace dos semanas tuvimos un desayuno con 12 antiguos de empresas muy grandes con cargos muy altos y nos decían “no aflojes” “¿los siguen matando como me mataste a mí, no?” El que pasó, no quiere que le regales nada al que viene atrás. Eso de alguna manera protege la calidad de lo que hacemos, “yo tengo el título, pero vos más vale que pasaste por acá hayas sufrido también”.

VR: En esa exigencia está la honestidad hacia los alumnos y hacia lo que hacen.

JR: Exactamente, sobretodo el desarrollo de hábitos, no se puede desarrollar hábitos de trabajo si no hay un entorno de cierta tensión, cierta presión donde la gente esté un poquito incomoda. Es como el gimnasio que decía Pablo, si vas a caminar en la cinta pasa algo, pero si vas a correr, a matarte tenés que desarrollar musculo, exactamente.


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