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Tecnologías y gestión de salud: la insustituible relación personal


Publicado el : 30 de Mayo de 2025

En : General

Por Daniel Paredes, profesor del IEEM

 

Suena obvio comenzar diciendo que las tecnologías —en particular el uso de la inteligencia artificial generativa— están impactando directamente en el mundo del trabajo. Y las instituciones de salud no son ajenas a este fenómeno. Es así.

Como en tantas etapas de la evolución del trabajo en la actividad humana, el uso de estas nuevas herramientas por parte de usuarios, pacientes y profesionales, está cambiando, una vez más, la forma en la que desarrollamos nuestro trabajo. Desde la lectura inteligente de una radiografía al “Dr. Google” que el paciente leyó antes de venir a la consulta médica, tenemos ejemplos cotidianos del cambio que se está generando en el mundo del trabajo en la salud.

Y como bien dijo Carlos Acle, siendo presidente de CUTI el pasado año, “la inteligencia artificial no te va a sacar el trabajo: el trabajo te lo va a sacar el que maneje la inteligencia artificial mejor que vos”.[1]

Desde esta perspectiva entonces, ante un nuevo avance tecnológico que impacta en los servicios de salud, nos hacemos algunas preguntas: ¿cómo agregar valor en los trabajos que realizamos en la salud en este contexto de avance tecnológico?, ¿cómo aprovechar y adecuar nuestro rol al uso de estas tecnologías?

Creemos que el mundo de las relaciones entre las personas adquiere, en este contexto, una nueva y relevante dimensión. El manejo de la relación personal y la empatía, la cercanía que logremos en la comunicación con nuestros pacientes, colegas y equipos de trabajo a cargo, son parte sustancial del sentido y el valor agregado del trabajo actual en instituciones de salud. Y en cargos directivos, la capacidad de manejar estas relaciones y articular en los puntos donde se producen fricciones o conflictos es central.

Esta semana, Lucía Muñoz presentaba el informe Tendencias de Capital Humano 2025 de Deloitte,[2] destacando que en estos tiempos el valor agregado del trabajo de los gerentes pasa por el rediseño inteligente del trabajo, el desarrollo de las personas en este contexto y la capacidad de articular para superar obstáculos ante cosas que hay que hacer; sumaba a esto la capacidad de gestionar conversaciones inteligentes para dialogar sobre qué motiva a las personas que trabajan con uno y cómo encarar la gestión del desempeño.

Y yendo un tiempo atrás, recordamos lo que decía en 1950 el Dr. James Calvert Spence en la ceremonia en que lo nombraron Sir:

El verdadero trabajo de un médico no se limita a centros de salud, laboratorios ni camas de hospital. Las técnicas tienen su lugar en la medicina, pero no son medicina. La unidad esencial de la práctica médica es el momento en que, en la intimidad del consultorio o la habitación del enfermo, una persona enferma, o que cree estarlo, busca el consejo de un médico de confianza. Esto es una consulta, y todo lo demás en la práctica médica se deriva de ella.[3]

Gestionar relaciones personales que generen empatía a través de conversaciones con sentido y produzcan confianza son focos de atención centrales a la hora de desarrollar nuestro trabajo en los sistemas de salud. No hay tecnología que pueda sustituir este espacio en el modelo de relaciones entre las personas. Por allí está nuestro valor agregado en estos tiempos de pantallas y tecnologías aplicadas: atender qué nos quieren decir, mirar a quien nos habla, escuchar lo que nos están diciendo, generar conversaciones con respeto, sentido y contenido. Dirigir es gestionar conversaciones, y conversar requiere empatía y atención.  

 

[1] https://www.ineed.edu.uy/presentacion-de-estudio-sobre-estudiantes-de-media-y-mercado-laboral/ 

[2] https://www2.deloitte.com/us/en/insights/focus/human-capital-trends.html

[3]http://profstevewigmore.wordpress.com/2012/04/23/whatismedicine/

 

 


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