Publicado el : 24 de Octubre de 2025
En : General
Por Diego Shaw, profesor adjunto del IEEM
Implementar una transformación profunda suele ser un reto más que desafiante. Diversos estudios indican que entre el 50 % y el 75 % de los esfuerzos de cambio fracasan o no alcanzan los objetivos totales planteados inicialmente. Una de las causas principales es la resistencia interna: las personas tienden a aferrarse a lo conocido y a temer lo incierto. Por ello, gestionar el cambio no puede ser solo un acto unilateral, sino un proceso de negociación que logre la adhesión (“buy-in”) de los distintos actores de la organización.
En lugar de imponer transformaciones de arriba hacia abajo (modelo tradicional); en entornos complejos, los líderes “venden” la idea del cambio aplicando principios de negociación. La negociación integrativa es central: se enfoca en los intereses subyacentes, no en las posiciones. En la práctica, definido ya el cambio estratégico que busca el negocio, esto se traduce en escuchar las preocupaciones reales de los empleados (seguridad laboral, carga de trabajo, identidad profesional, etc.) y buscar soluciones que logren atender buena parte de esas inquietudes a la vez que avanzan los objetivos del cambio. Así, el cambio se percibe como beneficioso tanto para la empresa como para los empleados.
Negociar el cambio también exige gestionar percepciones y sesgos. Muchas veces la oposición inicial proviene de información incompleta, rumores o biases cognitivos (por ejemplo, apego al statu quo, temor a lo desconocido). La comunicación clara corrige malentendidos antes de que escalen. Además, la negociación es multilateral, involucra distintos niveles y áreas, por lo que se requieren acuerdos parciales y la formación de una “coalición que guíe el cambio”, como propone Kotter. En este contexto, el líder actúa como vendedor y mediador interno, generando consensos que disparen y sostengan la transformación en el tiempo.
Estrategias para negociar y vender el cambio
Negociar el cambio no es una tarea marginal, sino el corazón de la gestión de la transformación en la organización. Implica escuchar y construir confianza. Los líderes que comprenden esto dejan de imponer y comienzan a persuadir: venden el cambio con visión, coherencia y sentido de la oportunidad. Solo así logran convertir la resistencia en compromiso y la incertidumbre en hechos.
Referencias