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La importancia de las instituciones


Publicado el : 04 de Marzo de 2020

En : Prensa

Por Leonardo Veiga, profesor del IEEM, escuela de negocios de la UM

Un acercamiento a la teoría de por qué algunos países han progresado y otros no, desarrollada por Daron Acemoglu y James Robinson en su libro “Por qué las naciones fracasan”, y sustentada en investigación empírica.

El concepto, reducido a una síntesis brutal, es que hay marcos institucionales (las reglas de juego por las que se rige el comportamiento social y se establecen incentivos para actuar) que potencian el desarrollo personal y la contribución a la sociedad de todos sus integrantes, y otros, que están pensados para que una parte de la sociedad se aproveche del resto. A su vez, Acemoglu y Robinson diferencian entre los marcos institucionales políticos y económicos. Los primeros definen los asuntos concernientes al poder (quién lo ejerce, en beneficio de quiénes, cómo puede perderlo), los segundos, la creación y distribución de la riqueza (quiénes tienen oportunidad de generarla, cómo se genera, en qué medida la riqueza generada por algunos es apropiada por otros). 

En lo que se refiere a la institucionalidad política, los autores definen una categorización dicotómica: inclusivas y extractivas. Estamos ante una institucionalidad política inclusiva cuando existe una amplia distribución del poder político y existe un Estado centralizado eficaz.

De igual forma distinguen a las instituciones económicas. Las inclusivas son aquellas que permiten y alientan la inclusión y participación de la mayoría de las personas en actividades económicas que hacen el mejor uso de sus talentos y habilidades, y que habilitan a las personas a elegir sus propias opciones. En esencia, que la mayoría tenga igual acceso a las oportunidades.

En contraposición a las instituciones inclusivas están las extractivas. Las instituciones políticas extractivas son aquellas que, por su diseño, están pensadas para la concentración del poder y la permanencia indefinida de las actuales élites políticas que lo detentan. Las económicas extractivas están diseñadas para extraer los ingresos y riqueza de un grupo de la sociedad para beneficiar a otro. La extracción económica no solo es injusta, sino que desestimula la iniciativa privada y el éxito de las mejores ideas.

El caso de Venecia

El auge y declive de Venecia es un excelente ejemplo (del libro mencionado) de la importancia de las instituciones para el desarrollo de una nación. Venecia se independizó como una ciudad-Estado en 810 y a partir de allí comenzó un período de progreso cuya explicación no solo estuvo en su localización, sino también en su organización republicana y sus sistemas contractuales como la Commenda, una de las grandes innovaciones institucionales que hizo rica a Venecia. En esta un socio ‘sedentario’ financiaba el negocio y permanecía en Venecia, mientras otro, el ‘viajero’, generalmente joven y sin recursos, acompañaba la carga. Muchos de estos ‘viajeros’ tenían éxito, lograban poder económico y —a través de él— peso político en la sociedad veneciana. La movilidad social que generó esa institución multiplicó la prosperidad, pero generó una molestia creciente de las élites establecidas que percibían que esos “nuevos ricos” ponían en peligro su peso en la sociedad. Como consecuencia de ello procuraron introducir instituciones económicas más extractivas. A comienzos del siglo XIII el aristocrático Consejo Ducal, en defensa de sus privilegios, comenzó a restringir el acceso a los negocios a quienes no formaran parte de las familias más antiguas, en lo que se llamó la Serrata. A partir de ese momento los negocios a larga distancia quedaron en manos de la élite, y después del Estado. Ese fue el comienzo del acabamiento. Los negocios quedaron en manos de una élite cada vez más restringida, esmerada en reforzar su poder económico y político. Entre 1650 y 1800 Venecia tuvo un proceso de declive contrastante con el crecimiento del resto de Europa.

El ejemplo de Venecia muestra cómo un marco institucional adecuado en lo político y lo económico son factores claves para el desarrollo económico. Su desarrollo económico estuvo basado en la capacidad superior para canalizar la voluntad de emprender de sus habitantes. El disponer de un sistema político en el que el acceso al poder no estaba restringido fue —durante mucho tiempo— la garantía de la permanencia de esas instituciones económicas.

Pero el ejemplo también ilustra cómo los arreglos institucionales exitosos no tienen garantía de permanencia. Existe una tentación permanente de quienes han logrado el poder económico y político de retenerlo sin disputa. En lo económico implica introducir distorsiones en el ordenamiento económico que les permitan atenuar o eliminar la competencia en beneficio propio. Estos procesos muchas veces se dan lentamente, lo que hace difícil ser percibidos hasta que ya es demasiado tarde.

El caso de Uruguay

Uruguay es un excelente ejemplo de instituciones políticas inclusivas, lo que explica en buena medida la gran valoración que desde el exterior se da a la estabilidad institucional del país. En materia de instituciones económicas uno tendría la tentación de sostener que también son de carácter inclusivo, pero si uno mira detenidamente se puede observar un desplazamiento lento y sostenido hacia la extracción en muchos sectores. Algunos indicios de fenómenos extractivos son: un sistema educativo que acentúa las desigualdades entre pobres y ricos, una muy reducida cantidad de empresas en un sector que no se explica por el tamaño del país, la existencia de enormes diferencias de precios en las diversas etapas de una cadena productiva, la facilidad con la cual las empresas instaladas pueden adoptar represalias contra emprendimientos que quieran ingresar al sector, la existencia de mecanismos de regulación de la oferta en los que el regulador es sensible a las presiones de las empresas instaladas o la vigencia de exigencias que deben cumplir todas las empresas de un sector y que son claramente favorables a aquellos que ya tienen una sólida posición en el mercado. Todos estos indicios seguramente resulten familiares al lector y son una alerta en cuanto a la necesidad de reaccionar, de forma de generar una trama empresarial sana y vigorosa, como fue la veneciana en su época gloriosa.

Publicado en Café & Negocios, El Observador, 4 de marzo de 2020.


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